A pesar de que Michael se ha machacado en el gimnasio para reforzar su cuello y de haber encargado un casco especial, el alemán no se subirá de nuevo a un Ferrari en el GP de Europa. El heptacampeón iba a llevar un casco reforzado con titanio en su visera para evitar un episodio semejante al de Massa. El objetivo no era otro que evitar nuevas lesiones en el cuello. Esta parte del cuerpo está especialmente cuidada en la anatomía de los pilotos de F-1 ya que es la que más expuesta está a las aceleraciones.

En Valencia, Schumi hubiese soportado presiones de hasta 3G. Cuando reaparecieron las molestias en su cuello, derivadas del accidente en Superbikes que tuvo en febrero, saltaron las alarmas. El riesgo para el alemán era muy alto; estaba expuesto a sufrir cefaleas, fallos en la visión e incluso desmayos. El Kaiser ha decido echar el freno.