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Fórmula 1 | Disma en los Grandes Premios

La amenaza de la FOTA acerca la solución a la F-1

Los constructores anunciaron que se van y la puesta en marcha de su propio campeonato, logrando así que Mosley retirara su lista definitiva de inscritos de 2010, por la falta de escuderías, y se tambalee en el cargo

Carlos Miquel
Actualizado a
<b>UN FUTURO DISTINTO. </b>De los negros nubarrones que reflejaban la crisis de Silverstone saldrá un campeonato más fuerte, bajo el control de las escuderías.

A la una y cinco de la madrugada de ayer, los correos electrónicos de medio mundo escupieron con nocturnidad el golpe de estado más severo de la historia de la Fórmula 1. Después de una reunión de cuatro horas en la sede de Renault en Enstone, los ocho grandes equipos liderados por Ferrari, la escudería francesa, McLaren y BMW confirmaron su escisión desde 2010 del actual Mundial: No estamos dispuestos a cambiar las condiciones impuestas para nuestra inscripción en el próximo campeonato, así que los equipos iniciamos la preparación de unas nuevas series que reflejen el valor de sus participantes y patrocinadores. Con un gobierno transparente, unas reglas iguales para todos, que permita la entrada de otros equipos y atienda a los deseos de los aficionados, con precios más bajos para espectadores, sponsors y organizadores. Y, aunque pueda resultar paradójico, pusieron con ese puñetazo sobre la mesa la primera piedra de una nueva Fórmula 1 organizada al estilo de sus actores principales.

En una noche larguísima en el seno de la FIA, de abogados y estudio de contratos, el máximo organismo del automovilismo respondió por primera vez ocho horas más tarde con un comunicado en el que retrasaba la lista de inscritos, prevista para ayer, a hoy sábado: La FIA esta decepcionada por la incapacidad de la FOTA de alcanzar un buen acuerdo para el deporte. No han actuado de buena fe. No podemos permitir una guerra financiera ni que los equipos dicten las normas de la F-1.

A las diez y media de la mañana, Mosley llegó a Silverstone y se fue a reunir con su amigo Ecclestone a su motorhome. Se vieron a solas por espacio de treinta minutos y después recibieron durante dos horas a los dos equipos de los actuales, Williams y Force India, que seguirían en el Mundial de 2010. También hablaron con uno de los accionistas de McLaren y el resultado fue que ninguno de ellos daba por seguro seguir en una F-1 sin estrellas y, por tanto, sin patrocinadores. Bernie decía: Estoy tranquilo, estamos mirando al futuro.

Y después de sufrir la caída de la inscripción de NT, otro de los equipos fantasmas (hace días lo dejó Lola), la FIA dio su última coz y anunció que iba a emprender acciones legales contra la FOTA, y Ferrari en particular, por vulnerar los actuales contratos. Pero, lo que es más importante, retrasó sin fecha la lista de inscritos de 2010. No tiene equipos suficientes.

Los constructores acarician ahora sus objetivos, Mosley se tambalea al frente de la FIA, Bernie Ecclestone está dispuesto a negociar para no quedarse sin nada y el año próximo sólo habrá un campeonato repleto de estrellas. Con la denominación de Fórmula 1 u otra cualquiera.