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Gené le da a España la gloria de Le Mans

Automovilismo | Éxito histórico en las 24 horas

Gené le da a España la gloria de Le Mans

Gené le da a España la gloria de Le Mans

El piloto de Peugeot logró con su equipo la primera victoria de un español en la mítica prueba de resistencia, imponiéndose a los favoritos de su marca y a los Audi

Cuatro y diez de la madrugada, es noche cerrada en un bosque del noroeste de Francia cuando aparecen los faros de un coche, primero a lo lejos, al instante se hacen más grandes y en las ruedas brillan dos perfectos aros rojos. Marc Gené vuela a 343 km/h y frena hasta los 68 km/h, con la primera velocidad puesta. Es primero. Virage de Mulsanne, una curva de leyenda en la carrera más famosa del mundo, las 24 Horas de Le Mans, un reto que desde ayer también es español. Fue el triunfo que, al fin, unió la discreción de una persona tranquila con el talento de un piloto que ya es único, que ayer compró un trocito de historia con su nombre.

Y lo hizo con un Peugeot, en su tercera participación con el motor diésel HDI, una maravilla tecnológica que consiguió derrotar a los poderosos Audi que habían dominado la carrera las últimas cinco ediciones. Ayer, los increíbles coches alemanes salieron derrotados por la fábrica francesa del león que pretende dar un paso más como marca con el triunfo en una prueba que uno de sus jefes mayores definió como "catorce carreras de Fórmula 1 en un solo día".

Gené hacía equipo con Brabham y Wurz, pero sobre el papel el suyo no era el Peugeot destinado a la gloria del triunfo, un honor reservado a los tres franceses: Bourdais, Sarrazin y Montagny. Pero con la táctica de la cigarra, esperando su momento, asistiendo como si con ellos no fuera la cosa a los fallos del resto, pasaron de la quinta plaza inicial a la primera cuando se cumplía la sexta hora de la carrera. Y desde ahí cimentaron su éxito. Lo lograron a pesar del recuerdo del año pasado, cuando Gené y los suyos se quedaron con la tristeza del segundo puesto por la lluvia y los fallos en el control de tracción de un coche que aún no había logrado su madurez.

A las doce de la mañana la lluvia quiso asistir a la fiesta, pero pronto el sol barrió su presencia en La Sarthe, Gené cogía de nuevo el coche, ya hasta el final. A una hora de las 24, coche de seguridad en pista, el tercero, pero Marc pilota tranquilo con los ojos puestos en la hazaña. Tres de la tarde, 300.000 personas contemplan al coche número nueve como vencedor, banderas al viento. Peugeot lo consigue, un español, también.

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