Cuentan los que saben que con las 800 es más difícil adelantar que con las antiguas 990. Es así porque su paso por curva es más alto, porque los pilotos frenan más tarde y porque sólo hay una trazada buena, así que salirse de ella está reservado para valientes. Así se podrían resumir las razones por la que cada vez más los adelantamientos en MotoGP son más una especie en peligro de extinción. Pero también, a la vez, un tesoro a conservar en la memoria si son del calibre de los que ayer se dieron en Motegi. Especialmente el último firmado por Lorenzo sobre Rossi, para iniciar así la cabalgada hacia su segunda victoria en la clase reina.

La carrera del mallorquín fue un espectáculo, algo que sólo los más optimistas podían imaginar, porque los favoritos volvían a ser Rossi y Stoner. El mejor novato de 2008 dio muestras el viernes de estar al acecho, pero sólo antes de la carrera estuvo seguro de sus opciones de victoria. Fue entonces cuando le dijo a Héctor, su hombre de confianza, que le esperara con su bandera de 'Lorenzo's Land' a la salida de la primera curva. Tenía intención de conquistar Japón, una tierra vedada para él hasta ahora, y lo hizo con una grandiosa victoria para la que tuvo que remontar desde la quinta posición.

Pedrosa, a tope.

Acostumbrados a tantas malas salidas suyas, se esperaba su reacción para la segunda mitad de la carrera, proporcionando el consuelo en los primeros compases la meteórica salida de Pedrosa. El catalán se superó en Motegi a sí mismo y, a pesar de partir undécimo, se puso tercero a la salida del primer viraje, para completar la primera vuelta ya segundo, sólo con Rossi en su horizonte.

Lorenzo supo pronto que no había tiempo que perder y, tras caer relegado a esa quinta plaza, se quitó rápido de en medio a Stoner y Vermeulen, haciendo lo propio con Pedrosa en la tercera vuelta, con un impecable interior de izquierdas. Por delante, la gigantesca sombra de Rossi, algo que no le asustó lo más mínimo. Jorge recortó en un santiamén el segundo de ventaja que su compañero le había cobrado y en cuanto llegó a él lanzó su ataque.

Fue un cuerpo a cuerpo sin muros de por medio, como sucede cada día en el box del equipo Fiat Yamaha por deseo de Valentino, y en una sola vuelta se adelantaron tres veces. El primero en hacerlo fue el 99 y el 46 respondió de inmediato porque su rival salió muy abierto. El siguiente hachazo sí resultó el definitivo. Tras rodar en paralelo algunos metros, ambos se midieron en la última frenada. Rossi por fuera, con la pierna derecha fuera intentando cerrar la puerta. Lorenzo por dentro, tirando más tarde de frenos. Otra pasada para la historia. De ahí a meta, ventaja de dos segundos y control total sobre su perseguidor, que por momentos llegó a ser Pedrosa.

El de Honda dio caza a Valentino y le tiró la moto en las frenadas como nunca antes. Ambos se pasaron seis veces en tres vueltas, lo que sirvió para que El Doctor saliera del estado de shock en el que le había dejado chocarse contra el muro que para él fue Lorenzo. Con Pedrosa sí pudo y acabó segundo. Stoner fue cuarto.