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"Ese día nació el motociclismo que hoy conocemos"

El reportaje | Fotos con leyenda

"Ese día nació el motociclismo que hoy conocemos"

"Ese día nació el motociclismo que hoy conocemos"

dani sánchez

El 26 de septiembre de 1971, el Jarama se llenó por vez primera para ver a Ángel Nieto conquistar dos títulos. Una caída le privó de la gloria en 50cc, pero también hizo más épico el de 125cc. Pablo Arranz le dio el banderazo en meta antes de la invasión de pista.

La leyenda del 12 + 1 veces campeón del mundo de motociclismo arrancó en 1969, con su primera corona de 50cc, a lomos de una bala roja, la Derbi. Sin embargo, fue el 26 de septiembre de 1971 cuando despegó hacia el estrellato la dimensión verdadera de Ángel Nieto tal como hoy tenemos constancia.

"Ese día nació en España el motociclismo que hoy conocemos. Hasta entonces, me conocían los de mi barrio en Vallecas y mis amigos del Real Moto Club de España. Ya había ganado dos títulos antes de aquel día, pero aquello fue un punto de inflexión".

No le falta razón a este zamorano, aunque vallecano de adopción, nacido el 25 de enero de 1947. Aquel domingo del Jarama fue histórico por muchas razones, no sólo por la consecución de su tercera corona, la primera en 125cc. Da fe de ello Pablo Arranz, más conocido como Cauca, director de carrera aquel día en el trazado madrileño y tan cómplice del campeón que tiempo después recibió una medalla de Derbi en la que se le daban las gracias por su colaboración. Se le ve bien en la imagen que ilustra estas páginas. Es el que le dio a Nieto el banderazo a su llegada a meta como ganador de la prueba y nuevo campeón del octavo de litro.

La leyenda dice que Cauca tiró la bandera fruto de la emoción y que eso dio paso a una invasión de pista. Invasión sí hubo, pero hay matices que eximen de cualquier culpa al todavía presidente del RMCE:

La bandera. "Yo no tiré la bandera. Eso es una calumnia que me ha perseguido durante muchos años. Se la entregué a Álvaro Urgoiti Gutiérrez, porque Ángel se me paró en los boxes nada más cruzar la meta para darle un besito a los mecánicos. No tuve otra opción. Tenía preparado un Mercedes a final de recta para meterle en él y protegerle de la invasión de pista que iba a ver, pero se me paró con los mecánicos...".

Nieto cuenta sus motivos:

"Yo lo que estaba era loco por bajarme de la moto por culpa de los dolores que tenía y tú dejaste la bandera. Se armó una buena y Andersson se chocó con parte del público que pasaba a la pista. Fue una explosión de alegría brutal".

Y es que Ángel quería bajarse cuanto antes de su bala roja porque a punto estuvo de no poder subirse a ella. Aquel 26 de septiembre, las gradas del Jarama se llenaron por vez primera con 80.000 espectadores. Fue gracias a que un piloto español tenía la oportunidad de conquistar dos títulos en un mismo día, el de 50cc y el de 125cc. Se presentaba la jornada como un cuento de hadas, pero cerca estuvo de acabar en pesadilla. Pablo nos refresca la memoria de la tensión vivida:

"Como se había caído en 50cc, el director médico de la prueba no me daba la autorización para que 'el Niño' saliera a correr en 125. La tensión era enorme y yo no sabía qué hacer. Me llamaban de la tele para que fuera a contar qué pasaba, pero no tenía ni idea de lo que iba a ocurrir y nadie quería dar la cara. Con estas, me busqué un médico amigo mío que había en el circuito, Mario Gutiérrez Cantó, y firmó un parte médico en el que decía que las constantes vitales eran buenas. Con esas, me fui al presidente de la Federación, Luis Soriano, y a Juan Gich, el delegado de deportes de Franco, para pedirles el permiso para que Ángel pudiera correr. Me dijeron que hiciera lo que quisiera, que para eso yo era el director de carrera. En la salida estaba asustadísimo porque temía que se hubiera hecho daño en la cabeza, pero al verle pasar entre los primeros desde la primera vuelta, respire aliviado y supe que iba a ganar el título".

Correr o correr. Nieto tenía clarísimo que iba a salir a correr, con permiso o sin él:

"Tenía un corte que me debí hacer con la cúpula o el carenado y se me veía el tendón pero, si no me hubieran dejado salir, la hubiese liado, porque yo era 'el pilila' ese día y se hacía lo que yo decía".

De su autoridad puede dar constancia el público asistente al Jarama, al que no dudó en dirigirse micrófono en mano al ver que se iban del circuito porque pensaban que su héroe ya no comparecería a la parrilla de 125cc:

"Después de que me cayera en 50, muchos aficionados se iban para su casa. Lo vi y me subí a la torre de control para hablarles por megafonía. Les dije: 'Soy Ángel Nieto, no os vayáis, volver que voy a correr en 125'. ¡Y la gente volvió!". Aquella victoria resultó una machada épica igual que el triunfo de un torero en Las Ventas después de una cornada. Es más, analizando todo después, creo que fue mejor ganar sólo el título de 125, lesionado y con todo lo que ocurrió, que haber conseguido los dos sin los problemas que tuve. Jamás olvidaré lo que viví aquel día, por lo que supuso para mí deportivamente, pero también por todo el lío que hubo y la repercusión que tuvo".

Aquel gran premio se calentó incluso en la víspera, ocupando espacio en el mismísimo Telediario de la época, aquella de sólo dos canales y audiencias millonarias para una TVE que no tenía competencia. Nieto sabía la que se estaba formando y procuró afrontar el reto lo mejor posible.

"Recuerdo que la semana antes fui a concentrarme al hotel Cuzco, en el que dormía todas las noches, para evitar distracciones, y no sirvió de nada porque cuando llegué al Jarama y vi que había 80.000 personas allí, ¡flipé! Nunca se había llenado. Fue la primera vez que familias enteras iban al circuito a ver las carreras en nuestro país".

El doce más uno jamás sintió tanta presión como en aquella cita, pero eso no fue lo que provocó su caída en la carrera de 50cc...

La caída. "En 50 me la pegué en la primera vuelta. La Kreidler corría más que la Derbi y no sabía dónde rascar las décimas que me sacaba. Estudié mucho la carrera y la única manera de ganar a De Vries era no cortar gas en la curva de entrada a meta. Kreidler había contratado para esa carrera a Saarinen y a Barry para perjudicarme en la salida. Saarinen me estorbó en Le Mans y De Vries se me escapó unos metros en Pegaso. Al llegar a esa curva, miré a De Vries y me tiré un metro más tarde, lo suficiente para no entrar ya en la curva y caerme a 150 por hora".

Tuvieron que darle ocho puntos en carne viva debajo de la rodilla izquierda y, como ya ha quedado constatado en líneas anteriores, a Cauca se le salía el corazón por la boca al ver que el ídolo podía dejar escapar una oportunidad única. Estaba loco por ayudar y Nieto recuerda con gracia que su amigo estaba incluso más nervioso que él antes de la salida de la prueba del octavo de litro:

"Hay una anécdota buenísima de la salida de 125cc. Cauca daba la salida y la llegada como director de carrera que era, y estaba preocupadísimo por mí. Yo habitualmente salía mal y esa vez tenía que empujar la moto con los puntos en la pierna, que me tiraban un montón porque me acababan de coser en carne viva en la clínica del Jarama. Como había conseguido la pole en los entrenamientos, Cauca estaba al lado mío para dar el banderazo de salida y, cuando ya estábamos todos preparados, empezó a decirme: 'Prepárate que la bajo, que la bajo, que la bajo. ¡Venga!".

Aquella carrera también tuvo su historia, porque ahí se jugaba el título con su gran amigo Barry Sheene. Nieto la recuerda como si hubiera sido ayer mismo:

"Pasé cuarto por la meta en la primera vuelta y pude ganar aquella carrera porque Barry marcó al inicio un ritmo muy lento. A mí me dolía la pierna horrores y estaba desconcentradísimo por todo lo que había pasado, pero ese ritmo me permitió engancharme a la carrera poco a poco. Íbamos en cabeza, Barry, Jansson, Mortimer, Braun y yo. Con el paso de las vueltas me fui calentando, se me fueron olvidando los dolores y el título que había perdido sólo unas horas antes en la categoría de 50. Al final gané fácil porque Barry se cayó a cuatro vueltas del final cuando me puse a tirar".

Cauca apostilla con la sabiduría que dan sus 81 años de experiencia (es del 6-6-27):

"Ahí despegó el nombre de Ángel Nieto. Fue tan grande y difícil lo que hizo como ganar hoy en día el torneo de Wimbledon lesionado".

Inflexión. El doce más uno también ve en esa gesta el despegue de su popularidad:

"Es verdad. Antes tenía que ir con un espejo para ir viendo si me miraba alguien al pasar. Ese título me hizo crecer como piloto y me ayudó para montármelo mejor en 1972, cuando gané los dos títulos en la última carrera del Mundial, en Montjuic. También me ayudó mucho el hecho de que me jugara cuatro títulos con sólo un año de diferencia en la última cita del campeonato y que ambas se celebrasen en España. A partir de ahí, salí en todos lo periódicos, no sólo en los deportivos como hasta entonces".

Hacía dos años que Nieto y Cauca no se veían. Tuvo que ser esta foto con leyenda el motivo de su reencuentro y este diario testigo del aprecio que ambos se tienen y también de cómo rejuvenecen charlando de motos, de su vida.

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