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Un año de inocentadas que resultaron verdad

Motor | Muchas sorpresas durante 2008

Un año de inocentadas que resultaron verdad

Un año de inocentadas que resultaron verdad

La temporada deportiva nos ha dejado un buen puñado de noticias que parecían destinadas a este 28 de diciembre pero que, sin embargo, eran sorprendentes realidades que antes nadie podía sospechar

Acostumbrados como estábamos a celebrar un título español en el Mundial de motos, de manera ininterrumpida desde 2003, suena a inocentada, y de las malas, que se haya cortado la racha precisamente en 2008, un año inolvidable para nuestro deporte. A toro pasado sorprende menos, sobre todo si se tiene en cuenta que la tónica general en el ámbito del motor esta temporada ha sido la de las inocentadas que acabaron resultando verdad.

Las ha habido de todos los colores, mejores o peores y hasta de mal gusto, como en el caso de Max Mosley. Quién nos iba a decir que un día nos encontraríamos al flemático inglés, presidente de la FIA, vestido de cuero a sus 68 años y siendo azotado por unas prostitutas inmerso en plena orgía sadomosoquista, con tintes nazis, para más inri... Y tampoco fue nada agradable que el legendario Dakar se suspendiera por amenazas terroristas, aunque su espíritu se mantiene vivo ¡en Argentina y Chile!

También se produjeron alegrías que casi dábamos por perdidas, como que Alonso fuera capaz de volver a ganar un gran premio al volante de un coche poco competitivo como su R28. ¡Y lo hizo dos veces! En Singapur y China. Tampoco era nada esperado que un novato como Lorenzo pusiera en jaque a la parrilla de MotoGP, logrando las tres primeras poles de la temporada con otros tantos podios, incluida una victoria.

Aunque para auténtica inocentada, la prematura celebración del título de F-1 por parte de la familia de Massa, con su padre a la cabeza. Vaya cara se le quedó al hombre cuando comprobó instantes después que, en la última curva, de la última vuelta, de la última carrera del año, Hamilton se favorecía del timo de Glock para salvar el título con su quinto puesto. Fue la más grande, pero hay más...

Fórmula 1: Alonso enderezó un temporada que parecía perdida

Salió de McLaren harto de sentirse ninguneado por un equipo que había tomado partido por su compañero Hamilton. Una decisión valiente, pero que dejó a Fernando Alonso a los mandos de un Renault que no era el coche ganador que él había dejado apenas un año antes. Iba a ser una temporada más feliz en lo personal, pero que se convirtió en un infierno deportivo cuando el asturiano descubrió la escasa competitividad del R28.

Llegaban tiempos difíciles, sin duda. Para un ganador, actuar de comparsa es una auténtica pesadilla y ése parecía el papel que le iba a tocar al bicampeón a lo largo de 2008. El coche, sencillamente, no funcionaba y estaba a años luz de los que debían ser sus rivales, Ferrari, McLaren y BMW. Todos arrojamos la toalla. Mejor dicho, todos no: Alonso y su equipo nunca se rindieron, mantuvieron la fe en sus posibilidades y trabajaron sin descanso buscando una recuperación que parecía una utopía. Pero no lo era...

Tras varios amagos, el milagro llegó en la carrera más especial del año, la primera nocturna de la historia de la F-1, en Singapur. Alonso, piloto de hitos, ganó y nadie se lo podía creer. Pero era verdad. Tanto, que una semana después repitió en China, en un espectacular final de temporada que le llevó a convertirse en el mejor piloto de los seis últimos grandes premios del año. Volvemos a soñar...

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