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McLaren regaló el título a Kimi

Fórmula 1 | GP de Brasil

McLaren regaló el título a Kimi

McLaren regaló el título a Kimi

Raikkonen conquistó el Mundial a costa de Hamilton y Alonso. Al británico le pudo la presión y falló. El español no tuvo opciones con un coche lentísimo

El día D a la hora H, Lewis Hamilton se hundió con estrépito. Lo que diferencia a los campeones de los buenos pilotos es su manera de afrontar la presión. Hace dos carreras tenía doce puntos de ventaja y dos oportunidades para alcanzar su sueño. En ambas el mejor debutante de la historia no ha estado a la altura. Su triunfo en el Mundial no hubiera sido justo porque tanto su maltratado compañero de equipo como Raikkonen, el flamante nuevo campeón, son mejores pilotos. Y así se vio en una primera curva de altísima tensión. Iceman salió como un tiro, pasó a Hamilton y casi adelanta a Massa, que le frenó. Fernando Alonso, vivísimo, se emparejó por fuera con el inglés y lo rebasó de manera magistral. Después, el británico volvió a demostrar su escasa cabeza, le cogió con rabia el rebufo al ovetense, que aguantó con todo. El inglés se coló en la curva cuatro y se pegó una excursión que al final le costó el título.

Su fiasco es el fracaso de McLaren y, especialmente de Ron Dennis, que culmina su brillante gestión con otra temporada más en blanco, la octava consecutiva, sin lograr un solo título mundial. Tanto empeño ha puesto en destruir a Alonso para que ganara su pupilo que, al final, no ha vencido ninguno de los dos. Entre otras cosas, porque la estrella inglesa se pegó un paseo de consideración en esa curva cuatro, llenó el radiador izquierdo de hierba y esto sobrecalentó la centralita del cambio. El coche casi se le para y volvió en sí después de limpiarse un poco. Se quedó 18º y tuvo que iniciar desde entonces una feroz remontada.

Él llevaba un McLaren de verdad, que corría como un demonio y era medio segundo por vuelta más veloz que el de su compañero de equipo. Si miramos las vueltas rápidas de ambos la diferencia es terrible (1:12.506 del inglés por 1:13.116 del español). Su tiempo está cerca del mejor de Kimi (1:12.445). Aún no se sabe la razón, pero Alonso está convencido de haber tenido un monoplaza mermado. Tal vez por una intervención electrónica en el motor, los diferenciales o ambas. De haber confiado en el asturiano, podría haber plantado cara a los Ferrari, como en las primeras vueltas, y ahora el título quizá sería de plata. Otra moraleja que refleja la catástrofe de Dennis. Alonso terminó a 57 segundos, más lejos que nunca. La sensación es de que todo estaba preparado para su fracaso.

En su remontada, los ingenieros de McLaren decidieron cambiar la táctica de Hamilton y pasarle a tres paradas para que corriera con menor tráfico. Fernando, mientras, seguía a la deriva con un coche que parecía el del año pasado. Hasta le llegó a pasar Kubica, que por suerte iba a tres paradas. El ritmo, eso sí, era similar al de un BMW. Y forzando. El asturiano sufrió blistering durante casi toda la carrera de lo que debía arriesgar en las curvas para mantener un ritmo constante.

Las tres detenciones tampoco sirvieron de mucho, porque Hamilton se encontró con un muro en la séptima plaza. Ese fue su puesto final. Hundido, estaba perdiendo el título por su inmadurez. Llegó el momento de ver cómo Raikkonen pasaría a Massa en la segunda parada. El brasileño simuló un error de pilotaje marca de la casa Jean Todt. Se le fue el coche ligeramente justo en la curva con más escapatoria del trazado. Un segundo y medio que fue el que necesitaba el finlandés para poder pasarle en la segunda detención.

Eso y su parada dos vueltas más tarde le sirvieron para adelantarle. Con apuros, porque el brasileño corrió por el bien del espectáculo, y a Kimi le tembló el pulso en su vuelta de entrada. Fue la única ocasión perdida para Alonso, porque haber frenado al piloto local de otra manera habría sido un descaro. Kimi se emocionó al fin en una rueda de prensa, Alonso pidió disculpas por no haber ganado y felicitó al campeón. Eso sí, sin los cinco puntos de la sanción inventada de Hungría y generada por Anthony Hamilton, el padre de Lewis, Fernando disfrutaría ya de su tercera corona.

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