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Fórmula 1 | Final de infarto

Alonso ante su desafío más difícil en Interlagos

El Mundial termina en Interlagos, donde el español ha logrado sus dos títulos mundiales, pero llega por primera vez sin ser líder del campeonato, luchando con dos pilotos y con la obligación de remontar

Actualizado a
<b>CONCENTRACIÓN. </b>Alonso debe mantener la motivación que le ha hecho remontar hasta situarse a cuatro puntos del líder.
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Encima de aquel añorado monoplaza azul y amarillo, sin casco, pelo largo repleto de sudor, movía los brazos arriba y abajo, la garganta rota y un grito repetido: "Toma, toma, toooma". Lo llaman felicidad y se produce en ese instante eterno en el que los sueños viajan al universo de la realidad. Fernando Alonso, 25 de septiembre de 2005. Fue el primero, ese que el corazón obliga a recordar, siempre. Y fue en Brasil. Un año después, Michael Schumacher felicita a su heredero en su última carrera de F-1, al fondo los mecánicos de Renault celebran el triunfo, el día en que despiden a su héroe de viaje hacía la tierra prometida de McLaren. Segundo título consecutivo, 22 de octubre de 2006. También en Brasil. El próximo día 21, Alonso tiene una cita con el destino, una partida que jugar contra Hamilton, Raikkonen y el azar. Será a las afueras de Sao Paulo, en el circuito José Carlos Pace, también conocido como Interlagos, Brasil. Fernando regresa al lugar donde consiguió sus dos títulos mundiales y lo hace con la intención de lograr lo que ni siquiera su admirado Ayrton Senna consiguió: ganar tres Mundiales de manera consecutiva.

Lo cierto es que está más complicado que nunca, pero esta circunstancia no hace sino confirmar la tendencia, cada vez más difícil. En 2005 Alonso se impuso en su primer campeonato a falta de dos carreras para la conclusión, llegaba al país suramericano con 25 puntos de ventaja sobre Raikkonen a falta de tres carreras para la conclusión del campeonato. Le bastaba con ser cuarto si el finlandés del McLaren volador ganaba. Finalmente fue tercero acompañando en el podio a los dos pilotos de las Flechas de Plata con Montoya primero y Kimi, segundo. En las dos carreras siguientes fue segundo en Japón con aquel adelantamiento magistral a Schumacher y primero en la última prueba, un gran triunfo en China con el mejor R25 de la temporada.

Hace un año, Fernando luchaba contra la leyenda, el mejor de la historia. Schumacher quería despedirse de su deporte con un título, el octavo, y luchó hasta el final. A falta de dos grandes premios para la conclusión el alemán se puso líder con su victoria en China, donde el ovetense fue segundo. Una carrera antes, había roto el motor en el sexto triunfo del Kaiser, en Italia. El Mundial llegaba a Japón con igualdad a puntos y Schumi primero por mayor número de victorias. Pero allí se produjo el milagro del año: Alonso ganó mientras el Ferrari del germano se quedaba parado con el propulsor destrozado. Diez puntos de ventaja para el español y una carrera, Brasil, en la que le valía puntuar. Michael salía décimo, en la primera vuelta se quedó decimonoveno por un pinchazo y acabó cuarto, pero Alonso llegó tras Massa logrando su segundo título.

Este año todo es más difícil. La primera diferencia es que esta vez el español no llega líder y tiene que remontar cuatro puntos a Hamilton. En este 2006, Fernando sólo ha sido primero en la segunda carrera cuando ganó en Malaisia, en Bahrain, donde había un empate a puntos entre los tres, y tras su triunfo en Mónaco. El tercero en discordia, Raikkonen ha liderado la clasificación tras la primera prueba, Australia. El resto es propiedad privada del debutante inglés. Ahora el objetivo es ganar en Brasil, algo que nunca ha conseguido, a pesar de que sea el circuito en el que, en 2003, logró su segundo podio, en una tarde en la que España temió por él y alzó al aire su dedo pulgar tranquilizando a todos.

Ahora, ganar y esperar. Alonso, primero, Kimi, segundo y Hamilton, tercero es el sueño. ¿Se imaginan qué sucederá este año si el español gana el Mundial? Su grito se puede escuchar hasta en la Gran Bretaña.