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Alonso se rebela contra las críticas de McLaren

Fórmula 1 | GP de Francia

Alonso se rebela contra las críticas de McLaren

Alonso se rebela contra las críticas de McLaren

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El asturiano no admite las palabras de Martin Whitmarsh en Indy: "Lo peor es que un jefe de mi equipo diga que irme contra el muro fue un signo de frustración. Son unos comentarios muy desafortunados"

La paz de McLaren se asienta sobre unos cimientos de barro. El ambiente en la escudería poco tiene que ver con la crispación americana, al menos en apariencia se ven intentos por regresar a una cordialidad perdida hace tiempo. Hamilton y Alonso se saludan como si nada. Lewis sonríe, mira a los ojos y aprieta las manos con una fuerza inusitada. Y el padre del británico, Anthony, intenta tender cables con Luis García-Abad, el mánager del bicampeón. Si entre los pilotos la guerra abierta se ha quedado en calma tensa, el hecho es que la fractura de Fernando con la dirección de la escudería aún sigue abierta.

La batalla de América vivió ayer en Francia su último coletazo. En Indianápolis, justo una vuelta después del intento de adelantamiento a Hamilton, Alonso se acercó al muro de boxes e increpó a la jefatura de McLaren por la maniobra al límite de lo legal del británico. Lewis se fue de un lado al otro de la pista y le dejó al asturiano un escaso espacio junto al muro.

Reacciones.

Enfadado con el gesto, Martin Whitmarsh, jefe de operaciones de McLaren y segundo de Dennis, realizó unos comentarios que dejaban a su piloto a la altura de un niño malcriado: "Fernando estaba frustrado por no haber podido adelantar a Hamilton". Parecía que Fernando iba a cortarse un poco, pero ayer no dudó en entrar al trapo cuando el famoso gesto se convirtió en el tema central de las preguntas de la prensa internacional: "Lo peor de todo es que dentro de mi equipo digan lo que ellos piensan, que fue un signo de frustración. Son unos comentarios muy desafortunados de mi jefe de equipo, pero yo sigo diciendo lo mismo que dije en Indianápolis. La gente escribirá lo que quiera. No entiendo cómo ha podido interpretar eso. En cada vuelta de carrera hago gestos, pero no da la casualidad de que me estén enfocando. Sólo intentaba refrigerar el coche como hice otras quince veces en ese gran premio". La conclusión de la carrera fue que Dennis decidió adelantar la parada del asturiano y dar por cerrada la batalla: "Íbamos los dos a la misma vuelta, pero tuve que parar antes porque yo era segundo".

El problema vuelve a ser de nuevo el del cariño. El ovetense ha tenido que aguantar como en Australia se ignoraba su segundo puesto por el tercero de Hamilton. En Malaisia, donde ganó el español, el protagonista fue Lewis y su defensa ante Massa. En Bahrain, el equipo nunca reconoció la más que posible influencia de la caída de un plafón en el bajo rendimiento de su coche. Pero Whitmarsh se sacó de la manga una excusa para explicar la escasa oposición de Hamilton a Massa: "Hemos tenido un problema con las presiones en el repostaje". Y en Mónaco, la gota que colmó el vaso, Ron Dennis pidió disculpas por frenar a sus pilotos después de la gran victoria del bicampeón. En fin, que a la pregunta de si palabras como las de Whitmarsh están entre las cosas que no le hacen sentirse cómodo en McLaren respondió: "Algunas". Y se fue con una sonrisa, envuelto por los negros nubarrones que cubren Magny-Cours. Amenazan lluvia y pueden depararnos este fin de semana otra victoria en el casillero de Alonso.

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