De la Rosa pone caro su asiento

Pedro de la Rosa cumplió ayer la promesa que lanzó al aire la víspera de su regreso a las carreras en el GP de Francia: "Si subo alguna vez al podio, os invito a comer a todos los periodistas que acuden a las carreras en el restaurante que os apetezca". En un principio, se pensó celebrarlo en 'El Bulli', pero al final estaba cerrado. El piloto catalán de McLaren cumplió ayer su promesa y citó a una buena parte de los periodistas que acuden a las carreras en un restaurante barcelonés. Allí demostró su optimismo respecto a la posibilidad de correr junto a Alonso en 2007: "Tengo posibilidades de competir y estoy dispuesto a demostrarlo en cada test, como durante las carreras y ensayos de este año. Si no lo hago, tampoco pasará nada. Estas ocho carreras han sido inolvidables. El momento más dulce de mi carrera en Fórmula 1. Me gustaría seguir hasta 2009 en los grandes premios, y ser el más veterano".

En la última carrera del año en Brasil, Pedro terminó con un octavo puesto, motivado, entre otras cosas, por el destrozo de sus neumáticos con el exceso de peso. Y se quedó sin diferencial (tres décimas por vuelta de hándicap) desde la vuelta cuatro. Pero a Interlagos llegó después de volver a batir a Hamilton en otro test comparativo. Intercambiaron los coches de ambos, y Pedro le endosó casi medio segundo.

Desde finales de noviembre en Barcelona, comenzará la cacería por el puesto de segundo piloto entre los dos únicos candidatos posibles. Y terminará en la presentación del nuevo monoplaza en Cheste el 14 de enero. Lewis tiene más motivos de márketing a su favor, pero deberá ganarse la plaza en la pista.

En contra de lo que sugieren algunas informaciones, la escudería germano-británica está reforzando su equipo de ingeniería para 2007. De momento, el jefe de desarrollo, Mike Coughlan, sigue en el puesto. Uno de los mejores diseñadores de Renault forma parte desde hace meses de la escudería, y el nuevo coche lleva ya dos meses de desarrollo.