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Fórmula 1 | La lucha por el Mundial

Ocho líderes perdieron el título en la última carrera

La situación de Fernando Alonso es absolutamente propicia para que renueve su corona, pero algunos antecedentes nos recuerdan que no debemos cantar victoria antes de la conclusión del GP de Brasil

Actualizado a
<b>POR DELANTE. </b>Fernando Alonso tiene una ventaja significativa sobre Michael Schumacher... aunque tampoco conviene relajarse en exceso a la vista de los antecedentes.

El golpe de efecto que representó el GP de Japón ha desatado la euforia sobre las posibilidades de Fernando Alonso para renovar su corona de Fórmula 1. Con diez puntos de ventaja sobre Michael Schumacher y precisando, en caso de victoria del alemán en Brasil, de un solo punto para garantizarse el éxito, la situación se antoja más que propicia. Sin embargo, la historia de los grandes premios nos invita a la prudencia, puesto que en ocho ocasiones (de las 22 en las que el Mundial se decidió en su cita final) el líder del certamen perdió sus privilegios ante alguno de sus perseguidores.

Bien es cierto que, hasta hoy, nadie ha logrado remontar diez puntos en una prueba final del Mundial. En primer lugar, porque el sistema de puntuación lo impedía (el ganador suma diez puntos desde 1991) y también porque los aspirantes nunca habían llegado, hasta este año, separados por esa máxima diferencia aún recuperable. El caso más similar al que ahora protagonizan los pilotos de Renault y Ferrari es el de 1986, cuando el título se decidió en la última carrera disputada en Australia. Allí llegó Nigel Mansell (Williams-Honda) liderando la clasificación con seis puntos de ventaja sobre Alain Prost (McLaren). Aún con el triunfo del francés, al británico le bastaba con acabar tercero para proclamarse campe Prost cumplió su cometido pero Mansell se vio obligado al abandono a causa de un accidente, lo que sirvió para que El Profesor se anotara su segundo título con dos puntos de ventaja.

Otra remontada memorable fue la de Giuseppe Farina en 1950, en la primera edición del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Antes de la última de las siete carreras que entonces conformaban una corta temporada, el italiano era tercero de la clasificación, a dos puntos del segundo, Fagioli, y a cuatro del líder Fangio. Pues aquel 3 de septiembre, Farina ganó en Monza mientras que Fagioli era tercero y Fangio abandonaba, por lo el vencedor se convirtió en el primer campeón mundial de la historia de la especialidad.

Un especialista en finales apretados fue Nelson Piquet. El brasileño logró dos de sus tres entorchados afrontando la última carrera como aspirante: en 1981 le robó la cartera a Reutemman por un punto en el GP de Estados Unidos y en 1983 se impuso a Prost por dos puntos (cuando estaba tres por detrás antes del GP de Suráfrica).

También Schumacher sabe lo que es perder un Mundial cuando lo tenía al alcance de su mano. Fue el de 1997 en uno de los finales más polémicos de la F-1, el que venció Jacques Villeneuve en el GP de Europa. El alemán era líder con un punto de ventaja sobre el canadiense en la parrilla del circuito de Jerez, hasta que perdió los papeles y todas sus opciones intentando echar de la pista a su rival.

El tiro le salió por la culata: fue el Kaiser quien se vio fuera de competición mientras que Villeneuve conseguía acabar tercero y conquistar la corona con tres puntos de ventaja. Aunque en realidad y a la postre fueron 81, porque la FIA decidió retirarle a Schumi todos sus puntos de aquel año por su antideportivo comportamiento.