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Bautista ya piensa en el desafío de los 250cc

Motociclismo | No defenderá el número uno

Bautista ya piensa en el desafío de los 250cc

Bautista ya piensa en el desafío de los 250cc

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El flamante campeón del mundo de 125cc dará el salto a la categoría media el próximo año al manillar de una Aprilia, con el objetivo de disputarle el título a Lorenzo y al resto de los protagonistas de la cilindrada

El rubiales de ojos azules con cara angelical que el pasado domingo le dio en Australia al motociclismo español su 29ª corona mundial con su victoria en 125cc se hará todo un hombre la próxima temporada en 250cc, donde le esperan Lorenzo y compañía, que ya saben cómo se las gastan los de Talavera de la Reina. No es que su entorchado en el octavo de litro haya sido precisamente un juego de niños, porque los rivales con los que más se batió el cobre están en la veintena (Kallio y Faubel tienen 23 y Pasini, 21), pero Álvaro Bautista sí que se ha pasado la temporada con cara de niño bueno, cuando en realidad estaba abusando como el más malo de la clase, y supo jugar su papel de víctima durante el invierno tras un desastroso 2005.

Su rostro va casi siempre iluminado por una amplia sonrisa que ni siquiera apagó las dificultades por las que atravesó el año pasado ante una acuciante crisis de resultados. Los esfuerzos de la escudería Seedorf por pasarse de Aprilia a Honda y darle la moto campeona del mundo de las dos temporadas anteriores no fueron suficientes para que el manchego sacara a relucir la casta de campeón que ahora ha demostrado llevar dentro. Quizá el exceso de mimos en la escudería del holandés, donde se le trató como un hijo del 2003 al 2005, le hizo la vida demasiado fácil en un paddock en el que no se le conocen enemigos y que ahora se ha alegrado de su éxito.

Tras subir cuatro veces al podio en 2004, todo indicaba que el curso pasado sería el de su confirmación, máxime teniendo en cuenta que el paso a 250cc de Lorenzo, Dovizioso, Stoner y Barberá le dejaba vía libre en la parrilla. Sin embargo, al finalizar la temporada con su paupérrimo 15º puesto en la general, todos los esfuerzos que la familia Bautista Arce había hecho para que Alvarito fuera alguien en las motos estuvieron a punto de caer en saco roto.

Los padres de Bati, Javier y Susana, se endeudaron para su formación, como muchos otros padres sin tanta suerte, para que su único varón pudiera cumplir la ilusión de su vida, correr en moto. Incluso a cuenta de sacrificar regalos de Reyes Magos para sus hermanas mayores, Aroa y Raquel. Susana, la cuarta de la casa, es también la pequeña y de aquello no se dio tanta cuenta. A nadie le sabía mal el esfuerzo porque para todos Álvaro era el rey de la casa, una casa en la que el nuevo campeón del mundo aún vive en su Talavera natal.

Su inminente paso al cuarto de litro con el equipo Aprilia Aspar podría anunciarse el próximo fin de semana, durante el GP de Japón, donde estarán ya presentes en el circuito su representante, Armando Guerrero, y su padre, que se tomará unos días libres en su taller 'Amotos'. Allí tiene más manga ancha que cuando trabajaba en una tienda de muebles. Su madre, en cambio, aún lo hace en la notaría de siempre.

Toda la familia volverá a apoyarle el próximo año con la misma fe que cuando estuvo a punto de colgar el mono, a los 17 años, por falta de liquidez. La tarea no será fácil. Lorenzo debería esperarle como campeón de la categoría y con los galones que eso conlleva. También se reencontrará con Héctor Barberá, el mismo que le hizo sombra en el box de Seedorf en 2004, y posiblemente con un Dovizioso que no se sabe aún si subirá a MotoGP para ocupar la plaza de Tamada o se quedará en 250cc, bien con la Honda, bien con otra Aprilia.

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