"Nunca más volveré a considerar a la F-1 como un deporte"

Mañana caliente en el circuito de Monza. Renault reaccionó con furia ante la sanción de Alonso. Fernando, delante de todos los fotógrafos que le esperaban, entró con el dedo pulgar hacia abajo, en clara señal de desagrado con la competición que lidera. Después, en una rueda de prensa convocada de urgencia en su motorhome se despachó a gusto: "Adoro el deporte y los aficionados que han venido aquí, muchos de ellos de España, pero nunca más volveré a considerar a la Fórmula 1 como un deporte". El asturiano está harto de que los politiqueos e intereses creados para que Ferrari, Bridgestone y Schumacher ganen este Mundial interfieran en lo que sucede en la pista. Algo que no había vivido en ninguna de las competiciones en las que ha participado con anterioridad. El asturiano estaba sentado a la izquierda de Flavio Briatore, en el centro, que tenía a Pat Symonds a su derecha y el respaldo del presidente del equipo, Alain Dassas, de pie y con su habitual camisa blanca. "Hice mi vuelta sin bloquear a nadie intencionadamente. Estorbar a Felipe Massa me hubiera impedido realizar un buen tiempo en calificación. No tenía margen para pasar por meta".