Canarias, Londres, Helsinki... y ahora Budapest. Kimi Raikkonen sigue extendiendo su fama de juerguista por todo el continente europeo. El problema es que en esta ocasión, según apuntaba ayer el diario alemán 'Bild am Sonntag', al finlandés la borrachera le ha salido un poco más cara de lo normal. La historia es así. Tras la disputa del GP de Hungría, Kimi decidió celebrar su abandono en una de las sonadísimas fiestas que Red Bull organiza después de cada carrera. Puede que el piloto de McLaren hubiera cenado poco, pero el caso es que salió de allí tambaleándose y olvidándose un maletín de viaje en el que, entre otros objetos, llevaba guardados 7.500 dólares (casi 6.000 euros).

Aki Hintsa, el médico niñera que McLaren contrató a principio de año para vigilar los excesos de Raikkonen, debe estar todavía preguntándose qué ha hecho mal. Como cualquier padre preocupado. Empiezan a ser habituales los espectáculos etílicos del finlandés, pero es la primera vez que se le coge en un renuncio en el mismo circuito y con un gran premio tan reciente. Kimi on the rocks, apelativo que se ganó el actual subcampeón del mundo por sus muchas juergas, ha vuelto a la carga.