Cuando Pedrosa consiguió su primera victoria en el Mundial de 250cc, allá por 2003 en Suráfrica, una conversación con Melandri nos revelaba la admiración que el italiano sentía por la forma de pilotar del español, al que le auguraba un gran futuro en 'dos y medio'. Dani no le decepcionó, ni a él ni a nadie, y consiguió dos títulos. Tres años después, ambos han sufrido varios encontronazos en el año del debut de Pedrosa en MotoGP y no es precisamente una relación amigable la que mantienen. El primero en alzar la voz fue el español, quejándose de las dificultades en las que le pone Marco cada vez que coinciden a pesar de llevar peor ritmo que él, y éste le contestó en Sachsenring: "No sé qué es lo que quiere Pedrosa".

Melandri ya entorpeció con su pundonor y defendiendo sus lógicos intereses las remontadas de Pedrosa en Qatar y Holanda. También le dificultó todo lo que pudo el adelantamiento en Inglaterra, lo que a punto estuvo de costarle una caída antes de irse en solitario hacia la victoria. Y en Alemania le adelantó a cinco vueltas del final obligándole a abrir su trayectoria, lo que facilitó que también le pasara Hayden y le complicara todo un poco más. Tras esta última acción, Dani reconoció que aún le falta experiencia en el cuerpo a cuerpo, pero se quejó amargamente del comportamiento de Marco, dando a entender que sólo le interesa acabar delante de él.

Melandri está cansado de tanta crítica y contraataca: "En la primera parte de la carrera tuve una bonita lucha con Pedrosa, pero respecto a las declaraciones que ha hecho sobre mis peleas con él, no sé qué es lo que quiere. Aquí estamos los mejores pilotos con las mejores motos, y cuando llega el momento de la verdad, los italianos marcamos la diferencia".

La victoria en la final del Mundial ante Francia ha hecho crecerse a los transalpinos. ¿Qué dirían si encima hubiesen jugado bien, como en las semifinales ante Alemania? Mejor no pensar en eso, pero es cierto que Marco no destaca por jugar sucio en la pista. Lo hizo siendo un niño de 17 años en Argentina 99, cuando intentó tirar a Alzamora porque era la única forma de conseguir el título, y acabó pidiendo perdón públicamente por activa y por pasiva. A día de hoy, tiene fama de limpio y declaraciones como las que hizo de Rossi tras la última carrera le avalan: "En Donington le regalé a Valentino el segundo lugar por un error mío, pero aquí ha sido más valiente que yo. Me quito el sombrero ante él".