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Siempre buscando una oportunidad

Fórmula 1 | Actualidad

Siempre buscando una oportunidad

Siempre buscando una oportunidad

Dani Sánchez

Con 35 años y dos hijas, el catalán volverá este fin de semana a la parrilla de un gran premio. Un nuevo reto para Pedro, que acaba de renovar con McLaren hasta 2009 para acompañar la andadura de Alonso en la escudería inglesa.

La vida de Pedro de la Rosa es una mezcla de suerte e infortunio a partes iguales. No fue hasta los 14 años cuando por fin pudo debutar en las cuatro ruedas. A esa edad, Schumacher y Alonso ya llevaban diez luchando con la velocidad. "Para mí siempre ha sido un hándicap", cuenta cuando le preguntan. Su gran oportunidad llegó a los 18 cuando ganó el concurso 'Racing for Spain'. Eso le permitió debutar en monoplazas en la Fórmula Fiat española y ganar el campeonato. Fue una etapa muy dulce a la que siguió su periplo en Inglaterra.

Después, y con indudables riesgos, decidió hacer la maleta y marcharse a correr a Japón. En un apartamento de 30 metros cuadrados rodeado de arrozales, Pedro pensó en volverse inmediatamente a casa: "Sin embargo, con el paso del tiempo se ha convertido en un país que me gusta, vaya paradoja". En 1997, De la Rosa se proclamó campeón de la Fórmula 3000 japonesa y también dominó en GT. Su periplo errante por Oriente engordó su prestigio y era el momento de intentar dar el salto a la F-1. Lo hizo de la mano de Repsol, que le convirtió en probador de Jordan en 1998. Primera gran decepción. No sólo no probó el coche en todo el año sino que Eddie Jordan incumplió la promesa de hacerle piloto de carreras al año siguiente. En 1999 fichó por Arrows y puntuó a la primera, en Australia. Repitió en 2000 en la misma escudería. Tom Walkinshaw, otro de esos piratas del gran circo, le dejó en la estacada por no ponerse de acuerdo con Repsol. De nuevo vuelta a empezar. Aquel largo invierno, el barcelonés fichó primero con Prost, para a continuación marcharse a Jaguar. Las cosas dejaron de funcionar, y el piloto duro y rápido perdió agresividad y se convirtió en una sombra de sí mismo. Era 2002 y la salvación para él fue McLaren. Después de cuatro años allí, De la Rosa tiene ante sí otra oportunidad de demostrar su enorme valía.

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