Hay pilotos que son admirados por un palmarés excepcional. Otros se convierten en leyenda porque son los protagonistas de magníficos momentos, esos capaces de emocionar al más frío de los aficionados a la Fórmula 1. Fernando Alonso, aún siendo dueño de grandes registros y récords varios de precocidad, pertenece al grupo de los elegidos, de aquellos pilotos que se distinguen por hacer felices a las gentes con grandes hazañas en lugares repletos de magia. El asturiano, después de ganar su primer GP de España, con 132.000 aficionados en el circuito, tiene un nuevo reto: ganar en Mónaco. Alonso sabe que una victoria en las calles de Montecarlo le daría el reconocimiento que le falta en algunos sectores de la prensa anglosajona y sobre todo, sería una enorme satisfacción personal.
En el mundo del motor hay algunos escenarios míticos. Las 24 Horas de Le Mans, el Dakar o las 500 Millas de Indianápolis están acompañadas en la lista de las leyendas del motor por el GP de Mónaco, es ésta la digna aportación de la F-1 a ese catálogo de mitos. Fernando está en disposición de ganar en el circuito urbano del Principado y está preparando la carrera. Lleva dos días en Paul Ricard entrenándose junto a Heikki Kovalainen y ha completado 265 vueltas entre las dos jornadas. En ambos días ha sido el más rápido, ayer con casi dos décimas de ventaja sobre su compañero finlandés y tres sobre el Ferrari de Felipe Massa, que logró el segundo mejor tiempo el martes. Ayer los dos Renault consiguieron colocarse en las dos primeras posiciones. El monoplaza azul y amarillo está demostrando unas inmejorables prestaciones y se presenta como el coche a batir en Mónaco. Además el trazado urbano ha sido, tradicionalmente, favorable a los neumáticos Michelin. Teniendo en cuenta que, en estos momentos, sólo Ferrari parece capaz de estar a altura de Renault, el lastre de los Bridgestone puede pesar mucho en el equipo italiano.
Y es que McLaren sigue sin mejorar. Ayer, en Paul Ricard, el mejor piloto de las flechas de plata fue Juan Pablo Montoya. El colombiano sólo pudo ser séptimo, dos puestos por delante de Kimi Raikkonen, que se quedó en el noveno puesto. El finlandés, vigente subcampeón del campeonato, se quedó a casi un segundo del mejor tiempo de Alonso. Kimi ya se ha descartado para la lucha por el título y por lo visto ayer en el trazado francés sus palabras no son sólo una forma de quitarse presión. Montoya se quedó a siete décimas del español. Mientras Michael Schumacher rodó en solitario en Fiorano, con buenas sensaciones, probando soluciones aerodinámicas.
Sorprendente fue la actuación de Jacques Villeneuve ayer. El campeón de 1997, al que en algunos medios ingleses colocan en Renault junto a Kovalainen para 2007, logró el tercer mejor registro con el BMW. Hoy es el último día de Alonso en Paul Ricard con la configuración para Montreal. Después Sevilla, y el 28 de mayo la gloria espera en las calles de Mónaco.
