Hay que ser buena gente, muy buena gente, para que un mito como Michael Jordan se preocupe por los resultados de otro deportista, y Nicky Hayden lo es. El ganador de la prueba de MotoGP en Laguna Seca cuenta con la presencia de Air entre su nómina de amigos. Suele recibir llamadas suyas en cada gran premio para preguntarle cómo le van las cosas y, el pasado domingo, el hexacampeón de la NBA con los Chicago Bulls fue de los que más se alegró por la primera victoria mundialista de este piloto de Kentucky.
No ha sido fácil la andadura en la clase reina de este simpático chaval de 23 años (cumple los 24 a finales de julio, el día 30). A pesar de recalar desde el primer día en el equipo oficial de HRC, el Repsol Honda, Nicky ha necesitado 38 grandes premios para conseguir su primera victoria. Pasó de ganar los campeonatos americanos de Supersport y Superbike a compartir box con Valentino Rossi en la temporada 2003 dentro del mejor equipo del mundo, pero con unos resultados que no se parecían en nada a los del genial italiano. Sólo cuatro podios adornaban su palmarés antes de la victoria del pasado domingo.
Ha sufrido mucho hasta conocer el sabor de la victoria y eso es algo que sólo saben de verdad él y su padre Earl, un granjero apasionado de las carreras que ha sabido transmitir el amor por las motos a sus hijos. El padre de Nicky es su fiel acompañante en cada circuito y siempre anda por el paddock con aspecto despistado y ataviado de una gorra con el número 69. Ese dorsal que lleva su hijo es el que él llevó en su época como piloto de dirt track, carreras en pista de ceniza en las que Nicky se inició a los cuatro años. Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, Earl no escogió el 69 por ningún motivo erótico. Lo hizo porque, según dice, ésa era la mejor forma de identificar el dorsal de la moto ya estuviera de pie o revolcada por el suelo.
Él se caía mucho, más que su mujer Rose, una excelente piloto sobre las pistas de ceniza según cuentan en su casa. Antes de conocer a su marido, montaba a caballo y cuando se casaron dejaron aparcadas las carreras durante un tiempo, el necesario hasta que sus cinco críos (tres chicos y dos chicas) tuvieron la edad suficiente para acompañarles a los circuitos.
Earl cuenta con gracia que su mujer se quedó embarazada cinco veces en siete años y cómo entre los dos sacaron a sus cachorros adelante en su granja de Owensboro, de cien años de historia, y siempre con el motor muy presente en torno a la familia.
Los Hayden iban a los circuitos de la zona como otras familias lo hacían al parque y el mayor orgullo del clan fue el día en el que los tres chicos de la casa, Nicky, Tommy y Roger Lee coparon el podio de una prueba celebrada en Springfield, en el Springfield de Tennessee no el de los 'Simpsons'. Pero aquello fue hasta que el futuro compañero de box de Dani Pedrosa ganó una carrera de MotoGP, el nuevo motivo de orgullo de los Hayden.
