Al llegar al parque cerrado encuentro a Marc Coma comiendo. Lo mismo que todos, un plato de macarrones con extrañas especias con carne de dudosa procedencia, queso emental y de postre unos dulces de mazapán regados con agua. El piloto acaba de llegar y sonríe, la etapa de ayer no ha sido muy dura porque no ha habido etapa. Después de comer se quita su armadura y veo con asombro como empieza a montarse la tienda de campaña. Un poco más allá, al lado del campamento del equipo KTM Repsol, veo como el doble ganador del Dakar, el italiano Fabrizio Meoni empieza a montar las bridas de su tienda y a los dos minutos ya tiene el saco de dormir desplegado sobre la que, durante todo el raid, será su casa

Es el Dakar, la única carrera del mundo donde las estrellas brillan tanto que al final acaban siendo como todos. "Los pilotos llegan, comen, si podemos se van a duchar y después se montan la tienda y les damos un masaje, pero en nuestro equipo, los que tiene menos posibilidades no tienen masaje y a veces ni siquiera pueden darse una ducha", explica Jordi Arcarons, el team mánager del equipo KTM Repsol, aquel que fuera segundo en el Dakar. "Aquí en la aventura estamos todos", dice Arcarons, mientras ayuda al brillante novato Jordi Durán a montar su tienda.

Junto a los moteros, también dormimos los periodistas. La diferencia la marcan las figuras de los coches. McRae, Peterhansel y compañía, copan los únicos hoteles de la zona y, si no los hay, pernoctan en grandes haimas que no montan, claro.

Ayer nuestra casa fue el aeropuerto de Agadir, una zona dominada por los militares y repleta de pequeños aviones y maletas por todas partes. Allí los pilotos intentan descansar pensando en la etapa del día siguiente, mientras esperan el triunfo dentro de un saco de dormir.

Niebla contra helicópteros

La jornada de motos se suspendió porque los helicópteros que debían garantizar la seguridad de la especial no pudieron tomar la salida por la espesísima niebla. La visibilidad era escasa para los moteros.

Álex Pérez primer abandono

Quien no pudo llegar al campamento fue Álex Pérez, primer abandono español. Arrancó su moto, aceleró y tomó la salida en Rabat, pero poco más de un kilómetro después tuvo que retirarse al quedarse sin batería. El día anterior culpó de sus problemas al Sentinel, pero las KTM son las únicas con este fallo.