Llenazo de 200.000 aficionados en Armilla

Lleva horas de viaje desde Ibiza para ver su carrera preferida. Eras las nueve y media de la mañana y Alejandro discutía con un responsable de los accesos al terreno de la especial porque quería entrar. A esa hora, las gradas que se habían preparado ya estaban llenas.

Y es que desde las ocho de la mañana hasta pasadas las dos de la tarde, las carreteras de acceso a la base militar de Armilla estaban repletas de coches. Las vallas que delimitan el contorno del complejo se llenaron de aficionados que, con los ojos apoyados en los alambres, querían ver el paso de los participantes del Dakar. Fueron miles las personas, 200.000 según la organización, las que llegadas de toda España presenciaron la especial de Armilla, aunque la mayor parte de ellos se quedaron sin ver el tramo cronometrado.

A pesar de que la Guardia Civil había montado un dispositivo especial para evitar los atascos, hay cosas que no se pueden controlar, y la multitud volvió a desbordar todas las expectativas. Igual que Alejandro, volvió a verse a los seguidores del chileno De Gavardo con sus banderas y a un grupo llegado desde Asturias. "Nuestro sueño sería que, después de ganar el Mundial de Fórmula 1, Alonso se apuntase a la aventura del Dakar", explicaba emocionada Ana, una del chicas que se desplazaron desde Oviedo hasta Armilla, dejando la sensación de que este país se ha ganado ser sede permanente de un raid que provoca pasiones.

Agustín se trajo a su mujer desde Madrid: "La he engañado, ella se cree que está de puente, pero me ha costado lo mío porque tuve que conseguir un buen hotel para pasar el fin de año". Susana, su esposa, señala: "Yo ya sabía donde veníamos, pero es que a mi me gusta el Dakar". Y además consiguió el hotel de fin de año. La pasión por el Dakar tiene estas cosas.