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Un radar anti accidentes dejó tiradas a 37 motos

Raids | Dakar 2005

Un radar anti accidentes dejó tiradas a 37 motos

Un radar anti accidentes dejó tiradas a 37 motos

El Sentinel, un dispositivo que estrenan este año y avisa de la presencia de otro vehículo a 500m2, consumió la batería de muchos privados de KTM, que perdieron una minutada

Tienen las mejores motos y son la mejor marca, a pesar de que las dos primeras especiales las ha ganado una Yamaha, pero KTM también tiene problemas. En la etapa de enlace entre Barcelona y Granada al menos 37 motos, la mayoría de la fábrica austriaca, tuvieron problemas en la batería y se quedaron tiradas. El Sentinel, este nuevo invento para evitar los accidentes parece ser el culpable de la desgracia.

El Sentinel es un aparato que los motoristas llevan al lado del manillar y funciona con una radiofrecuencia que consigue detectar otro vehículo en un radio de 500 metros cuadrados. Es entonces cuando una señal luminosa y otra acústica indican la presencia de otro piloto. Este utensilio, que tan útil promete resultar en las etapas de arena donde la visibilidad es mínima, ha provocado importantes pérdidas de tiempo en las etapas españolas. El dispositivo provoca que el transmisor gaste más energía de lo normal y la batería se gaste. Este problema no afecta a los pilotos oficiales, que no llevan Sentinel por su mayor experiencia.

Álex Pérez, del equipo Correos, daba ayer su opinión sobre este asunto: "Es realmente lamentable que no hayan probado este aparato con una mayor precisión. Estar aquí vale mucho dinero para desperdiciarlo". Otro de los afectados, Eduardo Naval, contó su experiencia: "A mí se me paró la moto a 200 kilómetros de Granada y el mecánico se volvió loco hasta que supimos que pasaba".

En cualquier caso, los pilotos están confiados. KTM se ha puesto en contacto con algunos y pronto llegará un técnico desde Austria para que las baterías vuelvan a funcionar correctamente.

Nani Roma mira el mar en el traslado a África

Y después de la especial granadina, llegó el tradicional traslado en ferry desde Algeciras hasta tierras marroquíes. En la cubierta del barco, Roma miró el mar teléfono en mano. Las motos y coches de los protagonistas descansaron en las bodegas del barco.

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