No sé si la pondré al lado de mi cama o en la caja fuerte de un banco". Son palabras de un Valentino Rossi feliz. El genial piloto italiano no se refiere a un cuadro o una joya, pero sí a una auténtica obra de arte, la Yamaha YZR M1 con la que ha ganado el campeonato mundial de MotoGP 2004.

Los responsables de la marca de los diapasones han tenido el detalle de regalar a Valentino la máquina que ha pilotado este año y con la que ha devuelto a Yamaha un título que no lograba desde 1992 con Wayne Rainey, hace doce años. El presidente de la compañía, Toru Hasegawa, recibió a Rossi en su visita a la fábrica de la marca, en Iwata con un emotivo "gracias". Poco después hizo entrega a su primer piloto de un certificado en el que le mostraba su gratitud por el título logrado este año y le daba su Yamaha M1.

Rossi, agradeció el presente: "Es el mejor regalo que podría desear para un piloto como yo. Es un gran detalle por parte de Yamaha". El italiano pudo comprobar de esta manera la diferencia de trato entre su actual marca y Honda, con la que corrió hasta el pasado año. Rossi siempre se quejó de la supuesta prepotencia de los dirigentes del ala dorada.

El campeón llegó a Iwata en helicóptero y todos los empleados le ofrecieron un sonoro aplauso cuando apareció ante ellos. Después saludó a muchos de los presentes y les dedicó unas palabras en las que agradecía a todos su trabajo.

Hasegawa quiso expresar lo que para él significa tener a Rossi en sus filas: "Valentino es un gran deportista, además de ser el mejor piloto de motos del mundo, posee una personalidad que no se limita a MotoGP. Es su magia lo que ha hecho que gané el Mundial en su primer año con nosotros". Después del homenaje Rossi se marchó a Malaisia donde seguirá probando la M1 2005.