Acababa de bajarse del podio y unas chicas le esperaban para hacerse fotos con el nuevo campeón de Fórmula Extreme, José Luis Cardoso. Es atractivo y tiene ese gracejo andaluz que tanto gusta a las mujeres, pero él dedica su título a su novia: Me ha acompañado toda la temporada. Ahora, en su regreso a la elite, afronta un nuevo reto: el Mundial de Superbikes. AS habló con él en Cheste.

Victoria y título, como los grandes...

Fue una carrera bonita. La verdad es que no esperaba ganar con esa autoridad porque habíamos tenido muchos problemas, sobre todo con los neumáticos, pero finalmente el equipo trabajó muy duro y logramos el triunfo y el campeonato, como se debe hacer.

Segundo año en la Fórmula Extreme y ha dado un auténtico recital. ¿Esperaba que fuese tan fácil?

De ninguna manera. Este campeonato es una competición donde hay grandes pilotos, gente que viene del Mundial como De Gea, que era el campeón hasta este fin de semana, el mismo David Tomás, que subió al podio y pilotos que luchan mucho y lo ponen muy difícil.

Pero todo ha sido favorable.

Sí, se han dado una serie de circunstancias que lo han puesto todo a favor. La moto ha funcionado muy bien, el equipo es excelente y yo me he encontrado muy a gusto, muy motivado y hemos podido ganar casi todas las carreras y el título. Quiero dar las gracias a mi equipo, a mi familia, a los que han creído en mí.

¿Sentía que estaba ante su última oportunidad en esto de las motos?

Un poco sí, era una apuesta arriesgada porque en estos dos años he tenido que hacerme a una moto nueva, una categoría donde nunca había corrido y a muchos factores nuevos, pero el año pasado, aún con muchos problemas, fui subcampeón y esta temporada me he llevado el título de una manera contundente.

Ahora el futuro se abre paso en Superbikes. ¿Cómo surgió esta ocasión?

Aquí nadie regala nada y surgió gracias al año que he hecho en el CEV. Ganar tantas carreras y de la forma en que lo he hecho me ha valido para que el equipo Flamini Iberia se pusiera en contacto conmigo. Llegamos a un acuerdo rápidamente. Es un reto que me apetece mucho.

¿Tendrá una buena moto?

En un principio iba a pilotar una Kawasaki, pero finalmente me ofrecieron una Yamaha y la verdad es que es mejor moto, no cambio de marca y tendré mucho apoyo por parte del equipo, así que estoy muy ilusionado con este proyecto.

En Superbikes, las Ducati son las grandes dominadoras.

Sí, pero la próxima temporada ha variado el reglamento y tanto Honda como Yamaha van a tener motos nuevas y todo puede cambiar. Espero que así sea.

Es este su regreso a la élite y estoy dándome cuenta de que va a por todas.

Será complicado, pero mi intención es ganar el Mundial de Superbikes, es lo que quiero y voy a dar todo para conseguirlo.

¿En 2005, en su primer año?

No hay duda de que tendré que adaptarme a la moto, a la categoría, a las dos mangas, todo será distinto, pero soy un campeón y voy a luchar por ganar. Al fin y al cabo todo son carreras y compito para ganar. Voy a tener una buena moto, mucha ilusión y madera para estar delante.

Si todo es así, después podrá quitarse esa espina que supongo tendrá con el Mundial...

No es ésa mi idea. Si surge, todo puede estudiarse, pero en estos momentos estoy centrado en Superbikes. En cuanto termine el CEV, empezamos la pruebas con la moto. El Mundial es una etapa pasada donde lo hice lo mejor posible, pero ya está.

Pero Superbikes no es en España lo mismo que los grandes premios.

Quizá ahora no, pero son carreras y si hay un piloto capaz de ganar todo puede cambiar. Es como Alonso y la Fórmula 1, ahora todo el mundo sigue las carreras porque hay un español delante.

¿Le apetece coincidir ahí con Fonsi?

Es una posibilidad y para mí sería todo un orgullo compartir pista con él porque, además de un grandísimo piloto, es muy amigo mío, casi como un hermano. Si se decide por esta opción estaré apoyándole.

¿Escribiremos mucho de Superbikes?

Seguro que sí. Influyen muchos factores para ganar, desde los neumáticos a la adaptación, pero tengo una ilusión especial con la próxima temporada. A ver si la suerte acompaña.