Dicen los que han envejecido demasiado pronto que la juventud es una enfermedad que sólo se cura con la edad. Esperemos que estos jóvenes pilotos no se curen nunca. Se llaman Aleix Espargaró, Manuel Hernández y Nicolás Terol. A estos tres hay que añadir a Julián Miralles Jr. y ya tenemos a los cuatro pilotos que se van a disputar el campeonato de España de 125cc y algo más importante, una plaza en el futuro de nuestro motociclismo, o lo que es lo mismo, en el próximo Mundial. Todos ellos tienen ilusión, ganas y muchos sueños, y todos poseen una cierta dosis de talento para ir deprisa en moto.

Espargaró, un quinceañero con una facilidad de palabra digna del mejor de los políticos, es el líder del campeonato. Del único de los candidatos que lleva una Honda puede decirse también que en su box siempre está presente la figura de un ex campeón del mundo de 125cc: Emilio Alzamora. El ilerdense está pendiente de su aprendiz y considera que "puede llegar a convertirse en un gran piloto". Aleix tiene claro que su objetivo es el título: "Miralles y Hernández son los grandes rivales que tengo para el campeonato. Los dos son muy rápidos, pero yo también tengo mis posibilidades, aunque no por ser líder. Estamos muy juntos".

El más humilde. El que tiene menos medios de los cuatro candidatos, pero la determinación de los campeones en su forma de hablar, es Manuel Hernández. El pasado año fue tercero y esta temporada es el único que ha logrado dos victorias. Quiere ganar el CEV, pero su gran objetivo es el Mundial de 125cc. "Creo que he demostrado que merezco estar en los grandes premios. Llevo dos años luchando con los mejores y espero lograr el título para tener más fácil mi presencia en el Mundial". Hernández, cuarto hoy en la salida, tiene claro quién es su gran rival: "Miralles es el más fuerte, en primer lugar porque tiene una muy buena moto, la misma de Pablo Nieto y, además, corre en casa, pero voy a pelear con todas mis fuerzas por lograr el título como siempre he hecho".

Ese Miralles de quien habla el piloto murciano es hijo de aquel Julián Miralles que fuera campeón de Europa de 125cc y mundialista. Él ha heredado de su padre la virtud de correr en moto. Tercero en el CEV, en estos momentos dispone del mejor material de los cuatro candidatos y parece tener plaza segura en el segundo equipo de Aspar para el próximo Mundial.

El cuarto piloto en la clasificación es Nico Terol. Cara de niño listo y una mente amueblada perfectamente son sus credenciales. Cree que los tres rivales son muy peligrosos: "Hernández siempre suele tener problemas con la moto, aunque es muy rápido, Espargaró es el más regular y Miralles tiene mucho ritmo". A Terol no le importaría continuar otro año en el CEV: "Me ilusiona ir al Mundial, pero tampoco tengo prisa, hay que estar preparado".

Sólo nueve puntos separan en la general a estos jóvenes pilotos enfermos de talento. Uno de ellos acabará siendo el campeón de España del Nacional más competido de los últimos tiempos, uno de ellos, si el destino lo quiere, será dueño del futuro.

De Gea se lo complica a Cardoso

En el circuito donde se asomó al podio del Mundial, Sergio Gadea logró la pole en el Campeonato de España (CEV) de 125cc. El valenciano fue el más rápido en Cheste por delante de Julián Miralles. Tras ellos, Federico Sandi y un aspirante al título, Manuel Hernández. En esta categoría se disputó una carrera de repesca a nueve vueltas con la victoria de Iván Maestro, que se clasificó para la carrera junto a Midge Smart. Gadea se mostraba satisfecho: "He venido a preparar el próximo Mundial, pero si puedo ganar lo haré. Estoy en un nivel parecido al del gran premio".

En Fórmula Extreme, el más rápido fue José David de Gea por delante del líder de la categoría José Luis Cardoso y su compañero Iván Silva. Mientras, en Supersport, Víctor Carrasco logró el primer puesto seguido de Xavi Fores. En la MoviStar Júnior Cup, la pole volvió a corresponder a Ion Garrido, absoluto dominador del certamen.