Para entender la verdadera dimensión de los titanes que compitieron ayer en el Jarama basta con echar un vistazo a las cifras. La categoría de camiones exige un peso mínimo de 5.800 kilos (con no menos de 3.600 kilos sobre el eje anterior) o de 5.500 kilos (con no menos de 3.400 kilos sobre el eje delantero). Por su parte, los supercamiones deben tener un peso mínimo de 4.800 kilos con una distribución libre por eje y una cilindrada máxima de 12 litros.

Antonio Albacete compite este año con un Buggÿra de 6 cilindros, 4.950 kilos de peso y 1.300 cv. La reglamentación actual de la FIA limita la velocidad en carrera a 160 km/h, cifra que alcanzan en tan sólo ocho segundos. Sin embargo, estos camiones han llegado a conseguir velocidades de 280 km/h.

Esta norma ha sido muy criticada, ya que perjudica los adelantamientos en carrera, y por añadidura, el espectáculo. La FIA apela al peligro que supondría para los espectadores una salida de pista a mayor velocidad. Un riesgo real debido a la energía cinética de estos vehículos.