Cientos de camiones haciendo sonar sus bocinas, miles de aficionados a las carreras colapsando la carretera de Burgos, tiendas de campaña en los alrededores del mítico circuito del Jarama que, ya anciano, ve como el Gran Premio Camión de España se ha convertido en el acontecimiento del año. El que fuera el mejor trazado del mundo ya no recibe la visita de las motos, su antiguo amor.
Ahora son grandes monstruos de más de 1.300 caballos de potencia los que protagonizan la carrera anual en este circuito que acogió los triunfos de Ángel Nieto y ahora vibra con otro madrileño: Antonio Albacete, que ayer fue tercero en otra gran actuación del mejor piloto español de la especialidad, el centro de todas las miradas en las carreras de Supercamiones.
Más de 70.000 espectadores abarrotaron el circuito para vibrar con uno de los mayores espectáculos del mundo del motor: ver a los grandes monstruos del asfalto, camiones de más de 5.000 kilos derrapando, intentando adelantamientos imposibles. La de ayer fue la mejor entrada en el Jarama desde aquella carrera del Mundial de motociclismo de 1998 en la que Carlos Checa logró su única victoria en el Mundial de motociclismo en los extintos 500cc.
Son varios los factores que han contribuido al espectacular lleno de este fin de semana en el Jarama. El primero, sin duda, la espectacularidad de la competición, el segundo los desfiles de camiones estadounidenses que parecían recién salidos de las películas que Hollywood ha dirigido al género, y el tercero que ayer en Madrid hacía un calor más propio del mes de agosto que de principios de octubre.
Triunfo de Oestreich. En la especialidad de Supercamiones Antonio Albacete, a los mandos de su impresionante Buggÿra, ha podido resarcirse de su abandono del año pasado y ha logrado el tercer puesto en las dos carreras del día. En la primera realizó una genial salida, sólo superado por un David Vrsecky que se adelantó en la arrancada y sufrió una penalización. Desgraciadamente el camión de Albacete comenzó a perder potencia y fue superado por el líder del campeonato, Oestreich y el francés Faure. La segunda carrera acabó igual que la primera con el español luchando con el Volkswagen de Druckenmuller por la tercera posición final. Ahora nuestro piloto está más cerca de conseguir un puesto en un hipotético podio final del campeonato, ya que se ha situado a 15 puntos del tercer clasificado, David Vrsecky, a falta de una última prueba en el trazado francés de Le Mans.
A pesar de que se habían decidido acortar las celebraciones, los comisarios, piezas clave en la celebración de la competición, permitieron el espectáculo. Albacete quiso agradecer al público su apoyo y derramó su emoción en el asfalto madrileño con derrapes, trompos... espectáculo puro para los aficionados que aguantaron los atascos y los camioneros que hicieron sonar las trompetas en su honor.
